La gestión visual: un arma poderosa no apta para cualquier empresa

La gestión visual es una herramienta poderosa de la filosofía Lean Manufacturing que ayuda en el establecimiento de estándares y, por tanto, a conseguir estabilidad. Cuando se utiliza correctamente cualquier persona pueda interpretar rápidamente el estado en el que se encuentra el puesto de trabajo, puede saber qué se necesita y qué no en un espacio de trabajo, permite a las personas tomar las decisiones correctas. Por tanto, reduce la variabilidad, la incertidumbre y el número de errores. Por si esto fuera poco, los recursos se utilizan de manera más eficiente porque no hay que perder tiempo en interpretaciones.

Nuestra naturaleza es visual

Estamos acostumbrados a interpretar imágenes, colores, a actuar de manera rápida ante este tipo de estímulos. ¿Hace falta explicar qué quieren decir las siguientes imágenes?

Ahora bien, la gestión visual exige transparencia, claridad en las consignas, consenso y acuerdo en la definición de los estándares. Es necesario compartir la información con los miembros del equipo, ser precisos en la definición de lo que queremos. Y no todas las organizaciones están dispuestas a esta transparencia y concreción. A veces por miedo a compartir la información, a veces por desconocimiento, otras veces por políticas erróneas.

Merece la pena reflexionar sobre la cantidad de tiempo, recursos, errores, disgustos y discusiones que se ahorrarían con una buena gestión visual.

Por cierto, la imagen que ilustra este artículo la tomé en un parque de animales en semi libertad pensando que era un buen ejemplo de gestión visual: “no subas al niño a la valla, que se lo come el hipopótamo”. Pero según me comentan varias personas, parece que tiene otra interpretación: “si subes al niño a la valla puedes hacerle una foto con el hipopótamo”. Aparte de ser divertida esta idea, nos dice algo más, y es que la señal no cumple con su misión, pues deja lugar a interpretaciones diferentes. Por tanto, habría que buscar alternativa más concreta.